En las Ferias del Libro huele a papel, a tinta, a libro y a cuento. Pero sobre todo huele a ilusión.

En una Feria del Libro te vas a encontrar con lectores ávidos de aumentar sus bibliotecas, seguro atestadas de libros ya.

Encontrarás a padres y madres que visitan con sus peques una feria por primera vez. Los acompañan con el deseo de que amen los libros tanto como ellos los aman. Los llevan para que hojeen, toquen, huelan y se impregnen de esa magia que hay en el ambiente de una Feria.

Podrás elegir entre cuentacuentos, presentaciones de libros y actividades literarias para adultos y niños, danzarás al son de las letras y su vaivén te llevará al libro que te ha escogido para ser leído.

Autores noveles y consagrados que se sientan boli en mano, deseando manchar sus libros con tinta, con tinta cargada de cariño, de ilusión, de magia. Escritores e ilustradores que en cada dedicatoria dejan un poco de ellos mismos, porque quien mejor que el propio autor para que te hable de su libro, de su cuento.

Este año he tenido la inmensa suerte de vivirlas desde dentro. He sentido las miradas de sorpresa de los niños y las de complicidad de los padres. He firmado libros a conocidos y a desconocidos que ya no lo son. Tengo suerte, mucha suerte, porque he firmado acompañada de amigos que se han acercado a estar conmigo en mi primera vez.

Me encantan las primeras veces, llenas de gusanillos en la barriga, de incertidumbre y de alegría. En cada primera vez me recargo al cien por cien. Sonrío plenamente y siento que estoy más viva que nunca.

Y como en “En sus canas”, que Malena invita a su nieta a vivir intensamente, yo lo hago cada día, y como dicen mis amigas, hoy tengo una nueva cana en mi cabello, porque he vuelto a vivir y a emocionarme en esta aventura que es la vida.